Descripción

La utilización de la biomasa puede aplicarse tanto a los hogares como a los grandes edificios públicos y privados de las zonas urbanas. Dependiendo de la capacidad del sistema instalado, puede incluso suministrar energía para sistemas de calefacción urbana, reduciendo significativamente la dependencia energética y los costes energéticos. Sin embargo, siempre es importante comprobar si la biomasa se ha producido de forma sostenible.

Las calderas suelen utilizar materiales orgánicos procesados, picados, troceados o prensados. La biomasa debe almacenarse en espacios secos y protegidos. Además, también hay que tener en cuenta la ubicación física de la biomasa, ya que el envío de madera/pellet desde grandes distancias puede tener una gran huella ecológica y emisión de gases de efecto invernadero, dependiendo del modo de transporte.

El coste de inversión de una caldera/sistema de calefacción depende de su capacidad. El tiempo de recuperación, que es relativamente corto, es de aproximadamente 5-10 años en el caso de edificios independientes. La instalación es sencilla, las calderas se pueden manejar y trasladar fácilmente. La tecnología es recomendable si se dispone localmente de grandes cantidades de residuos verdes, por ejemplo, de zonas verdes urbanas. El porcentaje de biomasa en el mix energético de la UE es significativo, pero ha empezado a convertirse en una solución menos preferida, lo que puede dar lugar a una limitación del uso de biomasa primaria.