Descripción

El turismo es el tercer sector más importante de la UE y tiene un enorme impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero, derivadas sobre todo del transporte de turistas. El cambio climático no sólo influye en cuándo ir de vacaciones, sino también en la elección del destino. Las zonas mediterráneas han empezado a ser tan calurosas y/o húmedas que los turistas se plantean viajar al principio o al final de la temporada principal para evitar los periodos más cálidos. Pero si quieren ir de vacaciones en verano, pueden elegir otro destino donde la temperatura no supere el nivel de confort.

Debido a los efectos de isla de calor, las visitas turísticas en las metrópolis pueden perder popularidad en verano. Las ciudades podrían ayudar a los turistas proporcionándoles aplicaciones móviles específicas para encontrar zonas de sombra o frescas, agua fresca, enviándoles mensajes de advertencia en los días de ola de calor y recomendándoles programas turísticos adaptados al clima e independientes de las condiciones meteorológicas. Las soluciones digitales también pueden contribuir a la gestión sostenible del turismo. Es posible que los amantes de la naturaleza tengan que buscar nuevos destinos o fechas, ya que el cambio climático también repercute negativamente en el paisaje ecológico de los destinos turísticos. Sin embargo, a medida que algunos destinos se vuelven menos atractivos para el turista debido a los efectos del cambio climático, otros lugares podrían volverse más preferidos que antes, por ejemplo, el Reino Unido. Además, el calentamiento global aumenta el nivel del mar y provoca erosión, lo que puede tener efectos negativos en las zonas costeras y en las actividades recreativas disponibles.

En invierno, los amantes del esquí tienen que enfrentarse a una temporada más corta, mientras que las estaciones de esquí situadas en zonas bajas sufren la disminución de la capa de nieve. Esto también puede dar lugar a la elección de otro destino