Descripción

El cambio climático repercute directa e indirectamente en nuestras vacaciones, modificando nuestras pautas de viaje y nuestras elecciones. No obstante, podemos beneficiarnos del aumento de la temperatura media y de la adaptación de las instalaciones mediante la ampliación de la temporada principal y el ahorro de energía. Además de mejorar las instalaciones turísticas, también es esencial preservar el patrimonio cultural, por ejemplo, los monumentos. Los materiales y tecnologías modernos pueden ayudar a luchar contra la lluvia ácida, la dilatación térmica y los incendios que causan daños químicos y mecánicos.

Hoy en día, el aire acondicionado (AC) es inevitable si un complejo turístico quiere proporcionar confort térmico a sus huéspedes. Además, estos aparatos pueden utilizarse para la calefacción en los días más frescos fuera de la temporada de calefacción, lo que garantiza un mejor aprovechamiento de las instalaciones existentes. No obstante, los climatizadores tienen un elevado consumo de energía, que debería proceder de fuentes renovables. Una solución adecuada y adaptada al clima podría ser, por ejemplo, instalar energía fotovoltaica para crear zonas de aparcamiento con sombra para los huéspedes. El aislamiento es importante para reducir el tiempo de funcionamiento de los aparatos de aire acondicionado.

Cumplir los criterios del turismo sostenible también puede ayudar a los hoteles a cambiar sus instalaciones de forma que se adapten al clima. El turismo ecológico es cada vez más popular a medida que aumenta la concienciación de los turistas. Teniendo en cuenta los aspectos medioambientales y de marketing, las ofertas de turismo sostenible con instalaciones turísticas adaptadas pueden ser el futuro del sector, al que deberían dar prioridad los dirigentes de las ciudades. Las ciudades verdes con instalaciones turísticas adaptadas pueden proporcionar un entorno habitable a la población local, al tiempo que contribuyen al turismo y al desarrollo sostenibles.